Para una mayor pureza del producto, procesos más eficientes, menos pérdidas y mayor seguridad.
En las plantas PSA, los componentes del aire (nitrógeno y oxígeno) se separan usando membranas. Cualquier rastro de aceite en el aire comprimido se depositará en las membranas, que deberán ser sustituidas con un coste enorme. Como resultado, también se contaminarán los gases.
El aire comprimido suministra oxígeno a las bacterias, durante la fermentación, para la fabricación de productos químicos como el ácido cítrico. La presencia del mínimo rastro de aceite matará las bacterias y contaminará el producto final.
En las válvulas de control y los actuadores activados por aire comprimido, la contaminación provoca fallos de funcionamiento y atascos. Además, los instrumentos expulsan siempre aire que, si contiene aceite, deteriorará el producto final y causará lesiones en las personas.
El aire comprimido desempeña un papel directo en los procesos de aireación, aportando oxígeno para la oxidación de los productos químicos. Los residuos de aceite dificultarán el proceso y pueden generar incluso un producto final diferente.
En algunos procesos químicos, el aire exento de aceite es vital para eliminar la posibilidad de explosiones. Un ejemplo es la separación de oxígeno del aire comprimido y su posterior compresión y uso.
Las perlas de resina PET se fabrican y transportan usando aire comprimido. El aceite en el aire comprimido contaminará la resina. Resultado: una composición diferente del producto final cuando se sinterizan las perlas. Igualmente, riesgo de incendio.
Para el transporte neumático de materiales como virutas de PVC, PTA y DMT se utiliza aire comprimido. La contaminación por aceite ocasionará defectos de calidad y obstrucción de los tubos, además de riesgo de incendio.